CAPITULO 6: TE HACES MAS GRANDE CONFORME ANDAS

 

Ni un incidente, ni un desaire, percibido o a posta, ni una pelea hizo que Dave Knopfler se fuese. Fue la culminación de un problema causado por dos hermanos que estaban en la misma banda, las presiones de la fama y el estar en lo más alto, y el cambio de naturaleza de la banda.
John dice: “creo que es muy raro que hermanos puedan trabajar juntos en una situación tan intensa como esa. Muchos de los hermanos pequeños tienen algo sobre sus hermanos mayores, especialmente si ambos tocan guitarra, quieren ser músicos, quieren ser compositores –hay mucha posibilidad de que sea conflictivo. Pero en aquel momento, era reconocido como parte de la banda, con lo que seguimos con ello”.
Dave admitió la existencia de un problema con Mark en el documental “Arena”. “Es la clásica situación entre hermanos y estamos llegando a esos términos. Dos años en la carretera ha sido muy duro para ambos y el resto de la gente ha estado también en la línea de fuego. –Pick, John, novias, Ed, Paul, el equipo de la carretera, todo el mundo. Ha sido un efecto carrusel en todos los sentidos. Pero es cosa de Mark y mía el resolverlo”.
Ahora, Dave niega vehementemente la idea de que el era el que siempre se quejaba –por lo menos, no más que los otros –o que él era técnicamente inadecuado. Pero sí que acepta que ni él ni Mark arreglaron su relación.
“Me fui porque no era posible para Mark ni para mi el seguir trabajando en la misma banda. Caminábamos por el estudio con los ojos pegados al suelo. Dejamos de comunicarnos. Una pena, pero es la realidad. Ese tipo de presiones pueden crear ese tipo de situaciones, como cualquier persona que haya estado en una banda sabe. Es como estar casado con tres personas más. Si al final decides que quieres el divorcio, entonces tienes que seguir y conseguirlo, sin pensar en lo que cuesta!.
La estructura de la banda había cambiado lentamente, hasta que con el “Making Movies” ya no era una “empresa” cooperativa. Se había convertido principalmente en la banda de Mark, y mientras que John y Pick (durante un tiempo) aceptaron aquello, Dave nunca pudo aceptarlo.
“Ya no era una banda amigable. Para mi, Mark seguía siendo mi hermano, mientras que para el resto del mundo era el Ayatollah. Era una difícil transición. Yo tenía dificultades para verlo como el Ayatollah hasta aquel día que le dije que se fuese a tomarse una cerveza o algo” y Paul me decía: “tu no le dices a la gente de hacer eso cuando están produciendo y haciendo un disco y tu simplemente eres un músico”. Nunca lo había visto de aquella forma hasta entonces”.
La partida de Dave calmó mucho la tensión en la banda, y la grabación continuó en calma, con Sid McGinnis, que había tocado (entre otros) con Peter Gabriel y Carly Simon, en la guitarra.
El album, cuando se completó, tenía vida propia hasta el intento de capturar la vida de la banda en un disco. Ya no podrían ser criticados por ser demasiado “cómodos”. Las comparaciones con J.J. Cale desaparecieron en un mar de alegre y triunfante sonido. Cada disco de que Dire Straits hace, tiene su sitio, y comparaciones meramente fundadas según los juicios de valores personales, pero no hay prácticamente dudas de que Making Movies era el sonido correcto en el momento correcto. Era como caído del cielo: “Hemos vuelto! Justo cuando pensábamos que habíamos acabado, hemos vuelto e incluso mejor que antes!”.
Es un album muy vibrante, entusiasta y positivo a pesar de la presencia de dos canciones muy tristes, “Romeo & Juliet” y “Hand in Hand”, las que debido a la fuerza de los arreglos, a duras penas se les puede llamar baladas en un sentido convencional. Vienen contrastadas con dos poderosas roqueras. “Expresso Love” y “Solid Rock”, ninguna de ellas parecida a algo que Dire Straits hubiese hecho antes. “Skateaway” está en algún lugar entre las dos y “Les Boys” va por su cuenta, un número de cabaret divertido.
Pero la pieza maestra es “Tunnel of love”, que va a través de una secuencia vertiginosa de tiempos y estilos, musicalmente evocando los carruseles de los parques de atracciones que es en realidad su base.
La forma de escribir en todas las canciones, ha alcanzado una nueva madurez: Mark finalmente ha encontrado la manera de combinar el “yo” de las experiencias personales (en todas las canciones menos “Les Boys” donde es un observador) con la separación que las hace más que extractos de su diario. En por lo menos un caso, “Skateaway”, que se alcanza al convertir dos canciones en solo una.
La canción más personal, “Romeo & Juliet” queda bastante patente que es algo más que sólo Mark. Tiene una calidad, tiene un mensaje que se aplica a cualquier persona que haya sufrido un corazón roto. En “Tunnel of Love”, hay diferentes niveles de significados. Infancia, memorias de parque de atracciones y ecos de un romance combinado con una referencia de la propia banda. “cantar acerca de los seis filos” refiriéndose a la canción “Six-Blade-Knife” del primer disco. Hay otra referencia a la pasada canción “Wild West End” en “Expresso Love”.
El album suena con una actitud positiva, un nuevo capítulo en la historia de Mark Knopfler y Dire Straits, mejor expresada en “Solid Rock”. “Bien, estoy harto de lo potencial/ Estoy harto de la vanidad de ahora/ Quiero aferrarme a la realidad esencial ahora”.
Pero la realidad era que no había en realidad una banda, y apremiaba hacer una gira por América que debería empezar siete semanas después de acabar el album. Había una presión por conseguir un guitarrista (Sid McGinis había sido rechazado porque su manager quería demasiado dinero por él) y también, si las canciones del Making Movies se querían tocar correctamente, un teclado, posiblemente dos.
Paul recuerda: “Conozco cientos de músicos, pero no podía pensar en ningún teclado conveniente. Entonces pensé en Alan Clark. Lo conocí una vez con Gallagher & Lyle. Lo vi tocar un par de veces pero en realidad no lo conocía bien. Pude ver que era bueno y sabía que Gallagher & Lyle tenían un nivel muy alto de músicos. Así que, personalmente venía de las bases correctas, no era conocido, no era una estrella y no estaba trabajando en esos momentos”.
Alan también es Geordie, nacido en Marzo de 1952 en Great Lumley, a dos millas de Newcastle, el segundo de cuatro niños. Su padre le transmitió el interés musical. “El era un músico frustrado, en realidad. Solía intentar tocar el piano, pero como nunca le enseñaron como hacerlo, nunca pudo con los pasos iniciales para tocar. Pero también cantaba a media jornada. Solía hacerlo en pubs por diversión”.
Su padre fue también rápido en apreciar un talento musical potencial. “Cuando tenía seis o siete años, mis padres me pillaron tocando intentando tocar el piano y en seguida me mandaron a clases. Eso hizo que no estuviese interesado en tocarlo”.
Pero el bichito musical vino de nuevo, “Empecé a interesarme otra vez cuando me operaron de apendicitis, cuando tenía trece o catorce años. Estuve fuera del colegio durante tres o cuatro semanas, y después de eso, empecé a tocar”.
Alan tomó clases y pronto aprendió lo suficiente para poder tocar en clubs de trabajadores. “Eran un beneficio para los teclistas que querían vivir. Solía tocar un órgano Hammond, utilizando pedales de bajo y todas esas cosas, trabajando con un batería. Empecé a hacerlo solo cuando tenía unos 14 años, y cuando tenía 16, toqué en un club durante un año y medio. Tenías que poder leer música, y la escena era que tocábamos unas cuantas canciones antes de que el artista invitado apareciese. Toqué con Matt Monro, the Bachelors, P.J. Proby. A él lo recuerdo particularmente. Tomaba dos botellas de brandy antes de salir al escenario.
“Desparramadas por todos estos actos de cabaret estarían todas estas bandas de los sesenta: Dave Dee, Dozy, Beaky, Mick and Tich, The Merseybeats, Del Shannon. Incluso en aquellos tiempos solía considerarlo como lo hago ahora: ridículo. No era nada inspirado. Puedo pensar en mejores formas de aprender. Pero fue rentable. Cuando tenía 16 años ya tenía un coche y estaba ganando dos veces más que mi padre”.
Le llevó a través de Chester-le-Street al colegio Técnico de Dirham, donde principalmente estudió música, y fue aceptado por la Escuela de Música de Guildhall. Pero tenía mucho trabajo y Alan no sintió el impulso de seguir hacia el sur para una posible carrera como profesor de música.
“Simplemente dejé el colegio técnico. En aquel tiempo estaba trabajando en el Club Carrusel en Chester-le-Street, que fue el último de los clubs casinos. Los cabaretistas tocaban durante una semana allí –definitivamente un paso hacia arriba de los trabajos de una noche. Poco después de eso fui a trabajar a un barco crucero por el Caribe durante varios meses, y pasé unos 18 meses establecido en Miami. Luego volví y seguí trabajando en los clubs. Supongo que en muchos sentidos, me desarrollé tardíamente. Pasé la mayoría de mi juventud persiguiendo a las chicas”.
Cuando volvió a casa, tenía ese presentimiento que debía estar tocando en bandas. “Pero musicalmente, no había ninguna banda por ahí en la que estuviese interesado. Sólo tenía esa necesidad de asociarme más con bandas que con el trabajo del cabaret. Toqué con algunos músicos locales que tenían bandas –incluido un Geordie reformado con Brian Johnston, que está ahora en AC/DC –pero básicamente eran penosos”.
Entonces se me ofreció un trabajo con Splinter, que había firmado con la firma Dark Horse de George Harrison, pero que estaba perdiendo popularidad después de su único hit “Costafine Town” en 1974.
“Decidí que iba a tomármelo en serio. Este era principalmente el principio de mi carrera musical en lo que a mi se refiere, porque hasta ese momento, no estaba intentando llegar a ningún sitio. Con lo que empecé a practicar seriamente. Splinter estaba más inclinado musicalmente que otras bandas con las que había trabajado en el pasado. Fue mucho más enriquecedor para mi el trabajar con ellos”.
Splinter le dio a Alan una base en la forma de vida del rock´n roll: una gira como telonero de Gregg Allman y Cher, sesiones de radio, grabar un album (que no se editó), conciertos en Japón. Y durante los tres años que pasó con ellos, dio su primer paso para crear su propia música.
“El manager de Splinter sugirió que hiciese algunas demos, con lo que me uní con un cantante llamado Jimmy Lowry. Escribí la mayoría de las partes de las canciones, y entonces había algunas piezas instrumentales. Empezó como una aventura seria, pero terminamos cometiendo el error que todo el mundo comete, intentarlo con un single. Consiguió un poco de interés, pero muy poco para que llegase a ser algo”.
Alan se unió a Gallagher & Lyle durante un tiempo, y después pasó el verano de gira con Lindisfarne.
“Entonces estaba yo una mañana tumbado en la cama cuando sonó el teléfono. Era Paul Cummins. Me preguntó si estaba haciendo algo –nada –y me preguntó si habría una posibilidad de tocar con Dire Straits. Había escuchado la banda al principio. Un amigo mío compró el primer album, y por supuesto estaban todas esas referencias de Newcastle, así que me los colocó. Tengo que decir que no tenía mucho interés porque todo era guitarra. Pero aún así me gustaba.
“De cualquier modo, un par de semanas después de la llamada me fui a Londres, al Wood Wharf, y ya no volví. Dijeron que era para preparar durante un par de días como mucho, pero después de aquel tiempo me dijeron “tienes el trabajo”.

Paul continúa: “Y entonces necesitábamos un guitarrista. Buscaba a un chico y Hal telefoneó, así que pensé que le podríamos dar una oportunidad, antes que tener a la banda parada sin hacer nada”.
Hal es de California aunque sus padres son rusos. Su padre nació en Leningrad y su madre en Odessa. Se conocieron cuando eran deportados por los nazis a los campos de concentración en Alemania. Después de la guerra se casaron y emigraron a América, primero viviendo en Nueva York y luego en Monterrey, donde Hal nació e Junio de 1953.
“Lo que recuerdo es que siempre tenía esa cosa por la guitarra. Cuando tenía unos cinco años, mis padres me compraron mi primera guitarra de plástico blanca. En realidad era un juguete –tenía dibujos de cowboys. Tuve esa guitarra durante años y nunca conseguía hacerla funcionar; siempre sonaba terrible. Unos años después alguien mayor vino a casa y me dijo que tenía cinco cuerdas altas E y una cuerda baja E”.
Más formación musical formal vino después, cuando la familia se mudó a Washington DC. “Cuando tenía unos 9 años, empecé a estudiar piano durante un par de años. Estaba aprendiendo como leer música, pero no me gustaba mucho. Creo que era principalmente por los profesores que tuve, aunque yo estaba interesado en poder hacer algo enseguida, contrariamente a tener que hacer todo el proceso de aprender escalas y notas, así que me aburrí mucho. Me gustaba la idea de la guitarra porque podías aprender acordes de forma fácil.
“Entonces vinieron los Beatles y cuando empecé a escucharlos y a los Stones, dije: Esto es!, tengo que aprender a tocar la guitarra”.
Esto vino en unas vacaciones al complejo turístico de Delaware, donde un amigo de la familia pasó todo el tiempo enseñando a Hal a tocar la guitarra lo suficientemente bien para hacer creer a sus padres que esto era serio. Le compraron una guitarra acústica barata por 19.95 dólares, pero insistieron en que fuese a clases.
“Odiaba al profesor. Era un chico grande y gordo que era dueño de una tienda de discos y era realmente grasiento y olía fatal. Después de una clase horrible se giró y me dijo: “Nunca serás un guitarrista”. Y esto me lo dijo cuando tenía 11 años!”.
Pero en el colegio había más gente con ganas de tocar, y se formó una banda para un show de talentos en el colegio –H.A Lindéis. Con una Dan Electro negra prestada y una Fender Champ como amplificador. Hal hizo su debut público tocando “All my loving” de los Beatles.
Cuando volvió a casa esa misma noche, estaba esperándolo una Kent eléctrica completamente nueva, un regalo de su madre y su padre, especialmente por la repetición del show de talentos enfrente de los padres. Salieron los H.A. and the Lindéis, Hal empezó con los acordes de “All my loving” y entonces, el desastre. Todo el mundo estaba cantando medio tono más alto que la guitarra. Ahí fue cuando descubrí por primera vez, que puedes afinar la guitarra”.
Cuando se fue al Junior High School, Hal se juntó con otra banda, the Nightriders, que se ponían en la cafetería después de las clases y tocaban para cualquier persona que quisiese escuchar, un set de 5 ó 6 canciones. “Habían muchos greasers por allí, con lo que si no tocabas música soul solían quejarse”. El repertorio era principalmente Atlantic, Stax y Motown, Sam and Dave, Eddie Floyd´s Knock on wood, Wilson Pickett´s, In the midnight hour, instrumentals como Twine Time y Night Train de James Brown. Todas estaban allí junto con algunos hits del momento como Louie Louie y Hang on Sloopy.
Siguiendo con la High School, Hal encontró otra banda, Sudden Rush, pero el Sudden se eliminó después. “Fue mi primera banda seria –teníamos incluso un sistema de PA. Básicamente, ahí es donde aprendí en realidad a tocar. Tocábamos en universidades y colegios –creo que mi hermana nos consiguió el primer concierto, en su fraternidad en la Universidad de Maryland.
“Tocábamos 4 sets de media hora con un descanso. Eran versiones –Beatles, Stones, Chuck Berry, cosas inglesas. Eso significaba muchas canciones, con lo que lo hacíamos dos veces y luego improvisábamos –poníamos un largo solo. Recuerdo que yo hice “Feeling alright”, la canción de Traffic. Podías hacer que durase una semana, con largos y extendidos solos”.
Rush duró hasta que nos fuimos a la Universidad. “Habían presiones paternales, y en aquel momento en concreto yo no podía ofrecer ninguna alternativa, con lo que decidí intentarlo. Y lo hice –durante un semestre”.
Rush empezó a quitarme más y más tiempo. Habían cambios de personal en la banda y empezó a tocar más lejos: Pennsylvania y Delaware, cualquier sitio donde hubiesen conciertos. Inevitablemente los estudios fueron abandonados y Hal dejó la universidad.
Otra obsesión entró en juego. Quería ir a Inglaterra, en parte porque la música había sido mucha inspiración y en parte porque crecer en un ambiente europeo en América le hizo ser curioso y querer ver como era la otra parte del Atlántico.
“Ahorré el dinero y un día le dije a mis padres que me iba a Inglaterra. No me tomaron muy en serio. Con lo que cogí un avión y vine. Me quedé en un hotel pequeñito, un bed & breakfast en Kensington High Street. Empecé a conocer a gente enseguida. Inicialmente sólo iba a quedarme por un tiempo, pero alguna gente me ayudó a encontrar un piso…”.
Ojeando el Melody Maker, Hal vio un anuncio donde buscaban guitarrista. Era con una banda de pubs llamada Yellow Bird. Hal se unió a ellos y se recorrió el circuito de pubs londinense antes de ayudar a crear una nueva banda, Darwin. Tenían un manager que era millonario, un contrato para un disco con Carisma, que produjo el album “Put it down to Experience” y un montón de conciertos. Pero Hal no tiene recuerdos muy felices.
“Simplemente no salió de la forma que yo pensé que saldría. Cuando nos sentábamos juntos en los pisos de cada uno intentando conseguir material, todo iba bien, pero tan pronto conseguimos un manager, la actitud de la banda empezó a cambiar y no fue para mejor”.
“Nos abrió los ojos. Fue mi primera exposición a los negocios porque la mayoría de los músicos que no son famosos no se dan cuenta de que hay un gran negocio detrás de todo esto. Eventualmente me sentí como si ya hubiese tenido suficiente de ir de arriba abajo sin conseguir ninguna satisfacción, con lo que lo dejé”.
Él solo en casa, pasó seis meses escribiendo canciones, intentando descubrir donde estaba su potencial. Y luego, por suerte consiguió contacto con Al Kooper, cuya carrera se expandió con los Royal Teens, el cambio de Dylan en la música eléctrica, y el jazz rock con Blood, Sweat and Tears. Ahora era un productor importante. Kooper escuchó, le gustó lo que escuchó y decidió producir las canciones de Hal.
Entonces, por otra coincidencia, Hal escuchó que Dire Straits estaban buscando un guitarrista. “En realidad me encantaban los Straits con lo que pensé: Esto suena interesante. Hablé con Paul Cummins y me preguntó lo que había hecho, quien me gustaba, que tipo de guitarra estaba tocando. Le dije que una Strat, y creo que eso me dio unos cuantos puntos. Le pregunté si tenía que saberme algunas canciones, porque no conocía otras canciones de los Straits mas que las del disco. No tenía ni idea de cómo estaban construidos.
“Así que me dio cuatro canciones, tres de ellas estaban en el Communiqué, que no lo tenía. Colgué el teléfono –esto eran las 9 ó las 10 de la noche –y empecé a llamar a todo el mundo que conocía, intentando hacerme con el Communiqué. Finalmente lo conseguí y me senté toda la noche, escuchando las canciones”.
Al día siguiente Hal fue a Wood Wharf y entró con su 59 Strat blanca debajo del brazo. Paul dice: “Fue divertido porque llegó media hora tarde. Pero en cuanto entró en la habitación, Mark y yo nos miramos y afirmamos con la cabeza. Mark le dio a Hal unos walkman y le dijo: Escucha esto. No intentes sacar los acordes, simplemente escúchalo y siéntelo. Eso es todo”.
Hal recuerda ese día muy bien. “Era Tunnel of Love, la cual es casi 100 horas de larga. La primera cosa que estaba intentando hacer, era sacar los acordes para poder tocarla. La escuché tres veces y pensé: “hey, esto puede ser muy bueno, porque en aquel tiempo, mi forma de tocar era más como el rock, más agresiva, lo cual era lo que pasaba en el Making Movies”.
“Bien” dijo Mark, “vamos a enchufar las guitarras y la tocaremos entera”. Cogió su Sunburst Schecter (una de las favoritas que fue robada después) Mark entró con la intro del Tunnel of love, enseñando a Hal los acordes de las partes que tenía que tocar.
“Había una línea que predominaba en toda la canción, y Mark era el que tenía que hacerlo, con lo que las otras partes eran las que tenían que ser cubiertas. Lo que hace es, empezará tocando las líneas principales y a la mitad, pararía y tocaría las semi principales. El se giró hacia mi y me dijo: “vale, haz esto”. Me enseñó exactamente lo que quería que hiciese y yo básicamente intenté hacerlo lo mejor que pude.
“Obviamente, desde el principio tuve que trabajar mucho con la guitarra. Mark tiene mucho estilo cuando toca. No podías coger simplemente un acorde simple y tocarlo de fondo porque desentonaría; sería como intentar meter un cuadrado en un círculo. Con lo que tuve que refinar mi forma de tocar, casi como tomando un papel de lija y lijando las esquinas. Básicamente, yo era más un guitarrista de rock´n roll, con el molde de Keith Richards. Yo estaba más a favor de enchufar la guitarra en un Hi-Watt ponerlo al máximo y dejar a los altavoces y a los amplificadores gemir”.
Mientras tanto, Alan había estado estableciendo un papel crucial en la banda. No sólo estaban las nuevas canciones por aprender, si no las viejas tenían que ser adaptadas a los teclados. “Volvía a la casa de John donde me estaba quedando sobre las 9 de la noche, después de los ensayos, y me sentaba durante un par de horas escuchando la siguiente canción. Entonces escribía la parte del piano, nota a nota. Fue una forma genial de aprender lo que la gente había tocado. Y por supuesto, al día siguiente ponía la música y la tocaba inmediatamente, y así conseguía el ímpetu de la canción entera.
“Era como una combinación de Mark y de mi sacando las partes del teclado. El podía tener una concepción de un par de líneas de lo que el teclado tenía que hacer, entonces yo tocaba algo y él decía: “eso es, utilízalo”. Funcionó muy bien porque Mark tenía la mente muy abierta al respecto y el estaba muy bien orientado al teclado”.
Finalmente se decidió que un teclado sería suficiente, y después de unas cuantas cortas semanas de ensayos, unos Dire Straits nuevos y vigorosos se sentaban en unos camerinos en un pequeño club de Vancouver, Canada, escuchando las grabaciones retumbar en las paredes.
Para Hal, por lo menos, era una ocasión de nervios. “Hicieron un anuncio: “Señoras y caballeros, un aplauso para Dire Straits! (Ladies and Gentleman, will you please put your hands together for Dire Straits!) y el corazón me iba a mil y me preguntaba a mi miso: que estoy haciendo aquí?
“Una de las razones por las que estaba nervioso era por no saber demasiado de Dire Straits. No sabía como la gente reaccionaría hacia mí por estar sustituyendo a David. No sabía si habría algún resentimiento en plan de: “Quién es este chico” “Dónde está David?”. Pero entonces, cuando salimos al escenario todo el mundo pareció estar muy contentos de vernos.
“Con lo que empezamos con “Once upon a time in the west”. Alan hizo su silbido en el Prophet y en cuanto hice el primer D, la cuerda hizo”boing” y voló por la audiencia, Mark tuvo que pensar, oh dios mío, qué tenemos aquí? Pero sólo me miró y sonrió…”
Pero fue un buen concierto, un bonito comienzo y Dire Straits empezó a moverse por la costa oeste del Norte de América, tocando en clubs. San Francisco fue surreal. Tocaron ante una audiencia tranquila, con comida, bebidas y drogas. Pero sentados, esperando a ser impresionados, no disfrutaron en realidad del concierto, lo cual era bastante desesperante. De vuelta al hotel, situado en una sección gay estratégica en la ciudad, Hal se despertó la mañana siguiente viendo a un tonto, como Guy Fawkes, con la nariz pegada a su ventana.
Pero la música se estaba consiguiendo tan bien, que solo podía ser tomado como un buen presagio.