Ni un incidente, ni un
desaire, percibido o a posta, ni una pelea hizo que Dave Knopfler se
fuese. Fue la culminación de un problema causado por dos hermanos que
estaban en la misma banda, las presiones de la fama y el estar en lo más
alto, y el cambio de naturaleza de la banda.
John dice: “creo que es muy raro que hermanos puedan trabajar juntos en
una situación tan intensa como esa. Muchos de los hermanos pequeños tienen
algo sobre sus hermanos mayores, especialmente si ambos tocan guitarra,
quieren ser músicos, quieren ser compositores –hay mucha posibilidad de
que sea conflictivo. Pero en aquel momento, era reconocido como parte de
la banda, con lo que seguimos con ello”.
Dave admitió la existencia de un problema con Mark en el documental
“Arena”. “Es la clásica situación entre hermanos y estamos llegando a esos
términos. Dos años en la carretera ha sido muy duro para ambos y el resto
de la gente ha estado también en la línea de fuego. –Pick, John, novias,
Ed, Paul, el equipo de la carretera, todo el mundo. Ha sido un efecto
carrusel en todos los sentidos. Pero es cosa de Mark y mía el resolverlo”.
Ahora, Dave niega vehementemente la idea de que el era el que siempre se
quejaba –por lo menos, no más que los otros –o que él era técnicamente
inadecuado. Pero sí que acepta que ni él ni Mark arreglaron su relación.
“Me fui porque no era posible para Mark ni para mi el seguir trabajando en
la misma banda. Caminábamos por el estudio con los ojos pegados al suelo.
Dejamos de comunicarnos. Una pena, pero es la realidad. Ese tipo de
presiones pueden crear ese tipo de situaciones, como cualquier persona que
haya estado en una banda sabe. Es como estar casado con tres personas más.
Si al final decides que quieres el divorcio, entonces tienes que seguir y
conseguirlo, sin pensar en lo que cuesta!.
La estructura de la banda había cambiado lentamente, hasta que con el
“Making Movies” ya no era una “empresa” cooperativa. Se había convertido
principalmente en la banda de Mark, y mientras que John y Pick (durante un
tiempo) aceptaron aquello, Dave nunca pudo aceptarlo.
“Ya no era una banda amigable. Para mi, Mark seguía siendo mi hermano,
mientras que para el resto del mundo era el Ayatollah. Era una difícil
transición. Yo tenía dificultades para verlo como el Ayatollah hasta aquel
día que le dije que se fuese a tomarse una cerveza o algo” y Paul me
decía: “tu no le dices a la gente de hacer eso cuando están produciendo y
haciendo un disco y tu simplemente eres un músico”. Nunca lo había visto
de aquella forma hasta entonces”.
La partida de Dave calmó mucho la tensión en la banda, y la grabación
continuó en calma, con Sid McGinnis, que había tocado (entre otros) con
Peter Gabriel y Carly Simon, en la guitarra.
El album, cuando se completó, tenía vida propia hasta el intento de
capturar la vida de la banda en un disco. Ya no podrían ser criticados por
ser demasiado “cómodos”. Las comparaciones con J.J. Cale desaparecieron en
un mar de alegre y triunfante sonido. Cada disco de que Dire Straits hace,
tiene su sitio, y comparaciones meramente fundadas según los juicios de
valores personales, pero no hay prácticamente dudas de que Making Movies
era el sonido correcto en el momento correcto. Era como caído del cielo:
“Hemos vuelto! Justo cuando pensábamos que habíamos acabado, hemos vuelto
e incluso mejor que antes!”.
Es un album muy vibrante, entusiasta y positivo a pesar de la presencia de
dos canciones muy tristes, “Romeo & Juliet” y “Hand in Hand”, las que
debido a la fuerza de los arreglos, a duras penas se les puede llamar
baladas en un sentido convencional. Vienen contrastadas con dos poderosas
roqueras. “Expresso Love” y “Solid Rock”, ninguna de ellas parecida a algo
que Dire Straits hubiese hecho antes. “Skateaway” está en algún lugar
entre las dos y “Les Boys” va por su cuenta, un número de cabaret
divertido.
Pero la pieza maestra es “Tunnel of love”, que va a través de una
secuencia vertiginosa de tiempos y estilos, musicalmente evocando los
carruseles de los parques de atracciones que es en realidad su base.
La forma de escribir en todas las canciones, ha alcanzado una nueva
madurez: Mark finalmente ha encontrado la manera de combinar el “yo” de
las experiencias personales (en todas las canciones menos “Les Boys” donde
es un observador) con la separación que las hace más que extractos de su
diario. En por lo menos un caso, “Skateaway”, que se alcanza al convertir
dos canciones en solo una.
La canción más personal, “Romeo & Juliet” queda bastante patente que es
algo más que sólo Mark. Tiene una calidad, tiene un mensaje que se aplica
a cualquier persona que haya sufrido un corazón roto. En “Tunnel of Love”,
hay diferentes niveles de significados. Infancia, memorias de parque de
atracciones y ecos de un romance combinado con una referencia de la propia
banda. “cantar acerca de los seis filos” refiriéndose a la canción
“Six-Blade-Knife” del primer disco. Hay otra referencia a la pasada
canción “Wild West End” en “Expresso Love”.
El album suena con una actitud positiva, un nuevo capítulo en la historia
de Mark Knopfler y Dire Straits, mejor expresada en “Solid Rock”. “Bien,
estoy harto de lo potencial/ Estoy harto de la vanidad de ahora/ Quiero
aferrarme a la realidad esencial ahora”.
Pero la realidad era que no había en realidad una banda, y apremiaba hacer
una gira por América que debería empezar siete semanas después de acabar
el album. Había una presión por conseguir un guitarrista (Sid McGinis
había sido rechazado porque su manager quería demasiado dinero por él) y
también, si las canciones del Making Movies se querían tocar
correctamente, un teclado, posiblemente dos.
Paul recuerda: “Conozco cientos de músicos, pero no podía pensar en ningún
teclado conveniente. Entonces pensé en Alan Clark. Lo conocí una vez con
Gallagher & Lyle. Lo vi tocar un par de veces pero en realidad no lo
conocía bien. Pude ver que era bueno y sabía que Gallagher & Lyle tenían
un nivel muy alto de músicos. Así que, personalmente venía de las bases
correctas, no era conocido, no era una estrella y no estaba trabajando en
esos momentos”.
Alan también es Geordie, nacido en Marzo de 1952 en Great Lumley, a dos
millas de Newcastle, el segundo de cuatro niños. Su padre le transmitió el
interés musical. “El era un músico frustrado, en realidad. Solía intentar
tocar el piano, pero como nunca le enseñaron como hacerlo, nunca pudo con
los pasos iniciales para tocar. Pero también cantaba a media jornada.
Solía hacerlo en pubs por diversión”.
Su padre fue también rápido en apreciar un talento musical potencial.
“Cuando tenía seis o siete años, mis padres me pillaron tocando intentando
tocar el piano y en seguida me mandaron a clases. Eso hizo que no
estuviese interesado en tocarlo”.
Pero el bichito musical vino de nuevo, “Empecé a interesarme otra vez
cuando me operaron de apendicitis, cuando tenía trece o catorce años.
Estuve fuera del colegio durante tres o cuatro semanas, y después de eso,
empecé a tocar”.
Alan tomó clases y pronto aprendió lo suficiente para poder tocar en clubs
de trabajadores. “Eran un beneficio para los teclistas que querían vivir.
Solía tocar un órgano Hammond, utilizando pedales de bajo y todas esas
cosas, trabajando con un batería. Empecé a hacerlo solo cuando tenía unos
14 años, y cuando tenía 16, toqué en un club durante un año y medio.
Tenías que poder leer música, y la escena era que tocábamos unas cuantas
canciones antes de que el artista invitado apareciese. Toqué con Matt
Monro, the Bachelors, P.J. Proby. A él lo recuerdo particularmente. Tomaba
dos botellas de brandy antes de salir al escenario.
“Desparramadas por todos estos actos de cabaret estarían todas estas
bandas de los sesenta: Dave Dee, Dozy, Beaky, Mick and Tich, The
Merseybeats, Del Shannon. Incluso en aquellos tiempos solía considerarlo
como lo hago ahora: ridículo. No era nada inspirado. Puedo pensar en
mejores formas de aprender. Pero fue rentable. Cuando tenía 16 años ya
tenía un coche y estaba ganando dos veces más que mi padre”.
Le llevó a través de Chester-le-Street al colegio Técnico de Dirham, donde
principalmente estudió música, y fue aceptado por la Escuela de Música de
Guildhall. Pero tenía mucho trabajo y Alan no sintió el impulso de seguir
hacia el sur para una posible carrera como profesor de música.
“Simplemente dejé el colegio técnico. En aquel tiempo estaba trabajando en
el Club Carrusel en Chester-le-Street, que fue el último de los clubs
casinos. Los cabaretistas tocaban durante una semana allí –definitivamente
un paso hacia arriba de los trabajos de una noche. Poco después de eso fui
a trabajar a un barco crucero por el Caribe durante varios meses, y pasé
unos 18 meses establecido en Miami. Luego volví y seguí trabajando en los
clubs. Supongo que en muchos sentidos, me desarrollé tardíamente. Pasé la
mayoría de mi juventud persiguiendo a las chicas”.
Cuando volvió a casa, tenía ese presentimiento que debía estar tocando en
bandas. “Pero musicalmente, no había ninguna banda por ahí en la que
estuviese interesado. Sólo tenía esa necesidad de asociarme más con bandas
que con el trabajo del cabaret. Toqué con algunos músicos locales que
tenían bandas –incluido un Geordie reformado con Brian Johnston, que está
ahora en AC/DC –pero básicamente eran penosos”.
Entonces se me ofreció un trabajo con Splinter, que había firmado con la
firma Dark Horse de George Harrison, pero que estaba perdiendo popularidad
después de su único hit “Costafine Town” en 1974.
“Decidí que iba a tomármelo en serio. Este era principalmente el principio
de mi carrera musical en lo que a mi se refiere, porque hasta ese momento,
no estaba intentando llegar a ningún sitio. Con lo que empecé a practicar
seriamente. Splinter estaba más inclinado musicalmente que otras bandas
con las que había trabajado en el pasado. Fue mucho más enriquecedor para
mi el trabajar con ellos”.
Splinter le dio a Alan una base en la forma de vida del rock´n roll: una
gira como telonero de Gregg Allman y Cher, sesiones de radio, grabar un
album (que no se editó), conciertos en Japón. Y durante los tres años que
pasó con ellos, dio su primer paso para crear su propia música.
“El manager de Splinter sugirió que hiciese algunas demos, con lo que me
uní con un cantante llamado Jimmy Lowry. Escribí la mayoría de las partes
de las canciones, y entonces había algunas piezas instrumentales. Empezó
como una aventura seria, pero terminamos cometiendo el error que todo el
mundo comete, intentarlo con un single. Consiguió un poco de interés, pero
muy poco para que llegase a ser algo”.
Alan se unió a Gallagher & Lyle durante un tiempo, y después pasó el
verano de gira con Lindisfarne.
“Entonces estaba yo una mañana tumbado en la cama cuando sonó el teléfono.
Era Paul Cummins. Me preguntó si estaba haciendo algo –nada –y me preguntó
si habría una posibilidad de tocar con Dire Straits. Había escuchado la
banda al principio. Un amigo mío compró el primer album, y por supuesto
estaban todas esas referencias de Newcastle, así que me los colocó. Tengo
que decir que no tenía mucho interés porque todo era guitarra. Pero aún
así me gustaba.
“De cualquier modo, un par de semanas después de la llamada me fui a
Londres, al Wood Wharf, y ya no volví. Dijeron que era para preparar
durante un par de días como mucho, pero después de aquel tiempo me dijeron
“tienes el trabajo”.
Paul continúa: “Y entonces
necesitábamos un guitarrista. Buscaba a un chico y Hal telefoneó, así que
pensé que le podríamos dar una oportunidad, antes que tener a la banda
parada sin hacer nada”.
Hal es de California aunque sus padres son rusos. Su padre nació en
Leningrad y su madre en Odessa. Se conocieron cuando eran deportados por
los nazis a los campos de concentración en Alemania. Después de la guerra
se casaron y emigraron a América, primero viviendo en Nueva York y luego
en Monterrey, donde Hal nació e Junio de 1953.
“Lo que recuerdo es que siempre tenía esa cosa por la guitarra. Cuando
tenía unos cinco años, mis padres me compraron mi primera guitarra de
plástico blanca. En realidad era un juguete –tenía dibujos de cowboys.
Tuve esa guitarra durante años y nunca conseguía hacerla funcionar;
siempre sonaba terrible. Unos años después alguien mayor vino a casa y me
dijo que tenía cinco cuerdas altas E y una cuerda baja E”.
Más formación musical formal vino después, cuando la familia se mudó a
Washington DC. “Cuando tenía unos 9 años, empecé a estudiar piano durante
un par de años. Estaba aprendiendo como leer música, pero no me gustaba
mucho. Creo que era principalmente por los profesores que tuve, aunque yo
estaba interesado en poder hacer algo enseguida, contrariamente a tener
que hacer todo el proceso de aprender escalas y notas, así que me aburrí
mucho. Me gustaba la idea de la guitarra porque podías aprender acordes de
forma fácil.
“Entonces vinieron los Beatles y cuando empecé a escucharlos y a los
Stones, dije: Esto es!, tengo que aprender a tocar la guitarra”.
Esto vino en unas vacaciones al complejo turístico de Delaware, donde un
amigo de la familia pasó todo el tiempo enseñando a Hal a tocar la
guitarra lo suficientemente bien para hacer creer a sus padres que esto
era serio. Le compraron una guitarra acústica barata por 19.95 dólares,
pero insistieron en que fuese a clases.
“Odiaba al profesor. Era un chico grande y gordo que era dueño de una
tienda de discos y era realmente grasiento y olía fatal. Después de una
clase horrible se giró y me dijo: “Nunca serás un guitarrista”. Y esto me
lo dijo cuando tenía 11 años!”.
Pero en el colegio había más gente con ganas de tocar, y se formó una
banda para un show de talentos en el colegio –H.A Lindéis. Con una Dan
Electro negra prestada y una Fender Champ como amplificador. Hal hizo su
debut público tocando “All my loving” de los Beatles.
Cuando volvió a casa esa misma noche, estaba esperándolo una Kent
eléctrica completamente nueva, un regalo de su madre y su padre,
especialmente por la repetición del show de talentos enfrente de los
padres. Salieron los H.A. and the Lindéis, Hal empezó con los acordes de
“All my loving” y entonces, el desastre. Todo el mundo estaba cantando
medio tono más alto que la guitarra. Ahí fue cuando descubrí por primera
vez, que puedes afinar la guitarra”.
Cuando se fue al Junior High School, Hal se juntó con otra banda, the
Nightriders, que se ponían en la cafetería después de las clases y tocaban
para cualquier persona que quisiese escuchar, un set de 5 ó 6 canciones.
“Habían muchos greasers por allí, con lo que si no tocabas música soul
solían quejarse”. El repertorio era principalmente Atlantic, Stax y Motown,
Sam and Dave, Eddie Floyd´s Knock on wood, Wilson Pickett´s, In the
midnight hour, instrumentals como Twine Time y Night Train de James Brown.
Todas estaban allí junto con algunos hits del momento como Louie Louie y
Hang on Sloopy.
Siguiendo con la High School, Hal encontró otra banda, Sudden Rush, pero
el Sudden se eliminó después. “Fue mi primera banda seria –teníamos
incluso un sistema de PA. Básicamente, ahí es donde aprendí en realidad a
tocar. Tocábamos en universidades y colegios –creo que mi hermana nos
consiguió el primer concierto, en su fraternidad en la Universidad de
Maryland.
“Tocábamos 4 sets de media hora con un descanso. Eran versiones –Beatles,
Stones, Chuck Berry, cosas inglesas. Eso significaba muchas canciones, con
lo que lo hacíamos dos veces y luego improvisábamos –poníamos un largo
solo. Recuerdo que yo hice “Feeling alright”, la canción de Traffic.
Podías hacer que durase una semana, con largos y extendidos solos”.
Rush duró hasta que nos fuimos a la Universidad. “Habían presiones
paternales, y en aquel momento en concreto yo no podía ofrecer ninguna
alternativa, con lo que decidí intentarlo. Y lo hice –durante un
semestre”.
Rush empezó a quitarme más y más tiempo. Habían cambios de personal en la
banda y empezó a tocar más lejos: Pennsylvania y Delaware, cualquier sitio
donde hubiesen conciertos. Inevitablemente los estudios fueron abandonados
y Hal dejó la universidad.
Otra obsesión entró en juego. Quería ir a Inglaterra, en parte porque la
música había sido mucha inspiración y en parte porque crecer en un
ambiente europeo en América le hizo ser curioso y querer ver como era la
otra parte del Atlántico.
“Ahorré el dinero y un día le dije a mis padres que me iba a Inglaterra.
No me tomaron muy en serio. Con lo que cogí un avión y vine. Me quedé en
un hotel pequeñito, un bed & breakfast en Kensington High Street. Empecé a
conocer a gente enseguida. Inicialmente sólo iba a quedarme por un tiempo,
pero alguna gente me ayudó a encontrar un piso…”.
Ojeando el Melody Maker, Hal vio un anuncio donde buscaban guitarrista.
Era con una banda de pubs llamada Yellow Bird. Hal se unió a ellos y se
recorrió el circuito de pubs londinense antes de ayudar a crear una nueva
banda, Darwin. Tenían un manager que era millonario, un contrato para un
disco con Carisma, que produjo el album “Put it down to Experience” y un
montón de conciertos. Pero Hal no tiene recuerdos muy felices.
“Simplemente no salió de la forma que yo pensé que saldría. Cuando nos
sentábamos juntos en los pisos de cada uno intentando conseguir material,
todo iba bien, pero tan pronto conseguimos un manager, la actitud de la
banda empezó a cambiar y no fue para mejor”.
“Nos abrió los ojos. Fue mi primera exposición a los negocios porque la
mayoría de los músicos que no son famosos no se dan cuenta de que hay un
gran negocio detrás de todo esto. Eventualmente me sentí como si ya
hubiese tenido suficiente de ir de arriba abajo sin conseguir ninguna
satisfacción, con lo que lo dejé”.
Él solo en casa, pasó seis meses escribiendo canciones, intentando
descubrir donde estaba su potencial. Y luego, por suerte consiguió
contacto con Al Kooper, cuya carrera se expandió con los Royal Teens, el
cambio de Dylan en la música eléctrica, y el jazz rock con Blood, Sweat
and Tears. Ahora era un productor importante. Kooper escuchó, le gustó lo
que escuchó y decidió producir las canciones de Hal.
Entonces, por otra coincidencia, Hal escuchó que Dire Straits estaban
buscando un guitarrista. “En realidad me encantaban los Straits con lo que
pensé: Esto suena interesante. Hablé con Paul Cummins y me preguntó lo que
había hecho, quien me gustaba, que tipo de guitarra estaba tocando. Le
dije que una Strat, y creo que eso me dio unos cuantos puntos. Le pregunté
si tenía que saberme algunas canciones, porque no conocía otras canciones
de los Straits mas que las del disco. No tenía ni idea de cómo estaban
construidos.
“Así que me dio cuatro canciones, tres de ellas estaban en el Communiqué,
que no lo tenía. Colgué el teléfono –esto eran las 9 ó las 10 de la noche
–y empecé a llamar a todo el mundo que conocía, intentando hacerme con el
Communiqué. Finalmente lo conseguí y me senté toda la noche, escuchando
las canciones”.
Al día siguiente Hal fue a Wood Wharf y entró con su 59 Strat blanca
debajo del brazo. Paul dice: “Fue divertido porque llegó media hora tarde.
Pero en cuanto entró en la habitación, Mark y yo nos miramos y afirmamos
con la cabeza. Mark le dio a Hal unos walkman y le dijo: Escucha esto. No
intentes sacar los acordes, simplemente escúchalo y siéntelo. Eso es
todo”.
Hal recuerda ese día muy bien. “Era Tunnel of Love, la cual es casi 100
horas de larga. La primera cosa que estaba intentando hacer, era sacar los
acordes para poder tocarla. La escuché tres veces y pensé: “hey, esto
puede ser muy bueno, porque en aquel tiempo, mi forma de tocar era más
como el rock, más agresiva, lo cual era lo que pasaba en el Making Movies”.
“Bien” dijo Mark, “vamos a enchufar las guitarras y la tocaremos entera”.
Cogió su Sunburst Schecter (una de las favoritas que fue robada después)
Mark entró con la intro del Tunnel of love, enseñando a Hal los acordes de
las partes que tenía que tocar.
“Había una línea que predominaba en toda la canción, y Mark era el que
tenía que hacerlo, con lo que las otras partes eran las que tenían que ser
cubiertas. Lo que hace es, empezará tocando las líneas principales y a la
mitad, pararía y tocaría las semi principales. El se giró hacia mi y me
dijo: “vale, haz esto”. Me enseñó exactamente lo que quería que hiciese y
yo básicamente intenté hacerlo lo mejor que pude.
“Obviamente, desde el principio tuve que trabajar mucho con la guitarra.
Mark tiene mucho estilo cuando toca. No podías coger simplemente un acorde
simple y tocarlo de fondo porque desentonaría; sería como intentar meter
un cuadrado en un círculo. Con lo que tuve que refinar mi forma de tocar,
casi como tomando un papel de lija y lijando las esquinas. Básicamente, yo
era más un guitarrista de rock´n roll, con el molde de Keith Richards. Yo
estaba más a favor de enchufar la guitarra en un Hi-Watt ponerlo al máximo
y dejar a los altavoces y a los amplificadores gemir”.
Mientras tanto, Alan había estado estableciendo un papel crucial en la
banda. No sólo estaban las nuevas canciones por aprender, si no las viejas
tenían que ser adaptadas a los teclados. “Volvía a la casa de John donde
me estaba quedando sobre las 9 de la noche, después de los ensayos, y me
sentaba durante un par de horas escuchando la siguiente canción. Entonces
escribía la parte del piano, nota a nota. Fue una forma genial de aprender
lo que la gente había tocado. Y por supuesto, al día siguiente ponía la
música y la tocaba inmediatamente, y así conseguía el ímpetu de la canción
entera.
“Era como una combinación de Mark y de mi sacando las partes del teclado.
El podía tener una concepción de un par de líneas de lo que el teclado
tenía que hacer, entonces yo tocaba algo y él decía: “eso es, utilízalo”.
Funcionó muy bien porque Mark tenía la mente muy abierta al respecto y el
estaba muy bien orientado al teclado”.
Finalmente se decidió que un teclado sería suficiente, y después de unas
cuantas cortas semanas de ensayos, unos Dire Straits nuevos y vigorosos se
sentaban en unos camerinos en un pequeño club de Vancouver, Canada,
escuchando las grabaciones retumbar en las paredes.
Para Hal, por lo menos, era una ocasión de nervios. “Hicieron un anuncio:
“Señoras y caballeros, un aplauso para Dire Straits! (Ladies and
Gentleman, will you please put your hands together for Dire Straits!) y el
corazón me iba a mil y me preguntaba a mi miso: que estoy haciendo aquí?
“Una de las razones por las que estaba nervioso era por no saber demasiado
de Dire Straits. No sabía como la gente reaccionaría hacia mí por estar
sustituyendo a David. No sabía si habría algún resentimiento en plan de:
“Quién es este chico” “Dónde está David?”. Pero entonces, cuando salimos
al escenario todo el mundo pareció estar muy contentos de vernos.
“Con lo que empezamos con “Once upon a time in the west”. Alan hizo su
silbido en el Prophet y en cuanto hice el primer D, la cuerda hizo”boing”
y voló por la audiencia, Mark tuvo que pensar, oh dios mío, qué tenemos
aquí? Pero sólo me miró y sonrió…”
Pero fue un buen concierto, un bonito comienzo y Dire Straits empezó a
moverse por la costa oeste del Norte de América, tocando en clubs. San
Francisco fue surreal. Tocaron ante una audiencia tranquila, con comida,
bebidas y drogas. Pero sentados, esperando a ser impresionados, no
disfrutaron en realidad del concierto, lo cual era bastante desesperante.
De vuelta al hotel, situado en una sección gay estratégica en la ciudad,
Hal se despertó la mañana siguiente viendo a un tonto, como Guy Fawkes,
con la nariz pegada a su ventana.
Pero la música se estaba consiguiendo tan bien, que solo podía ser tomado
como un buen presagio. |