Musician: por qué
crees que los ingleses han producido muchos de nuestros grandes
guitarristas del rock?
Knopfler: quizás sientan más afección, amor –una mística para
discos que viene de muy lejos. Si tienes treinta años y eres inglés, has
crecido con el beat de la música, Radio Luxembourg, rockabilly.... Yo
tocaba rockabilly cada noche con un grupo llamado los Cafe Racers antes de
formar la banda. Hacíamos cosas como “Move it”, “Good morning little
Schoolgirl”, “Gloria”, “Red Hot” –una mezcla de viejo rock, blues y
rockabilly. Hay un determinado sentimiento que viene de ese tipo de música
que absorves y utilizas en tu propio trabajo. Si escuchas “Expresso Love”,
la figura de la guitarra que corre durante los primeros versos tiene un
sentimiento rockabilly. La clave para ese sonido , que es la que le da ese
swing, tiene que ver con el batería que mantiene sus muñecas sueltas y
flexibles, no como ese acercamiento tieso que se usa mucho en el rock
convencional.
Musician: eres consciente de que incorporas ese tipo de cosas en tu
trabajo actual?
Knopfler: no lo tratas con nostalgia –no vas a hacerlo de la misma
forma que determinados músicos británicos. Ni siquiera vas a escribir de
la misma forma. Lo que intentas es proyectar el amor que sientes por la
música durante tu infancia...
Musician: cuando antes estábamos hablando, dijiste que considerabas
tus canciones, más importantes que tus solos de guitarra, lo cual me
sorprendió.
Knopfler: la canción es lo principal –todo lo demás debería ser
subordinado a ella. Hacer solos nunca debería ser una excusa para
demostrar la virtuosa técnica. Se supone que tiene que complementar –en
extensión –a la canción en concreto. Por ejemplo, cuando hablaste antes
sobre los Rolling Stones, me recordó que estás hablando de realmente
genial rock and roll, pero yo nunca escucho a los Rolling Stones y me
pregunto –Dios santo, dónde está el solo?...
Musician: algunos guitarristas sienten que la guitarra es un medio
bastante limitado comparado con el piano.
Knopfler: Hasta que trabajé con teclados solía pensar que la
guitarra lo tenía todo: notas bajas, notas para solos, ritmos, lo cual es
verdad, y por supuesto puedes curvar noitas. En términos de expresión, una
voz no tiene notas segmentadas de la misma forma que el piano -puede subir
o bajar una escala –y en la medida en que una guitarra puede duplicar eso,
tiene más ventajas que un piano. Pero hay algo sobre la forma de
expresarse del piano que me fascina. Todo vuelve a la idea de expandir las
posibilidades de orquesta dentro de la banda...
Musician: una de las cosas que se dicen de vosotros es que estáis
muy bien formados. Tu, por ejemplo, eres un ex-profesero de universidad y
periodista, lo cual no es la típica imagen de alguien que hace rock and
roll. Tengo curiosidad por saber como chicos como vosotros reaccionaron a
lo que fue el éxito y la rutina de la fama.
Knopfler: Creo que hemos tenido más suerte que los demás por esto
de tener unos treinta años. Tu personalidad está casi formada y has tenido
que aprender para expresarte en términos de tu personalidad antes –para
aceptarte a ti mismo –con lo que no hay mucha diferencia después de eso,
da igual lo que pase... no quiere decir que no lo disfrutemos... yo
recomendaría fama y fortuna a todo el mundo. No hay nada mejor que
sentarte en una piscina de estilo clásico en las Bahamas y hablar con un
periodista. Es mejor que estar solo e irte a la cama y tener que leer
Agatha Christie en alguna cama en Chippenham donde tienes que ir al
entrenamiento de profesores al día siguiente
“Me gustaría dejar estas pequeñas excursiones componiendo bandas sonoras y
produciendo a otras personas y sólo estar de gira con la banda y hacer
otro disco con Dire Straits. Para mi la banda es lo mejor. Siempre lo he
disfrutado más que cualquier otra cosa. Y por supuesto, ya sabes que soy
muy lento. Tengo que hacer todas estas otras cosas para averiguar cuanto
significa la banda para mi”. Knopfler se rie. “Soy tan lento que tengo que
golpearme sobre la cabeza más de una vez: tengo que aprender todos los
rollos de la producción de un disco para averiguar que no se me da bien lo
de producir. Es cuando ensayo con la banda que estoy realmente conectado
con lo que está pasando. Ahí es cuando realmente estoy feliz. Hacer un
disco es maravilloso cuando está pasando. Pero cuando no pasa –por
cualquier razón –puede ser un dolor diabólico”.
Un dolor diabólico, que llegó a la edición del Brothers in Arms, fue una
hornada de una cinta grabada que llevaba tres canciones mientras que
Knopfler y compañía estaban grabando en el Caribe. Eso devolvió el antiguo
plan en una buena semana. Ahora parece que una de las super computerizadas
centrales eléctricas ha perdido el solo de sayo de Michael Brecker en la
jazzera “Your latest trick”. El productor Neil Dorfsman tiene a Brecker al
teléfono y este tiene que volver al estudio. Knopfler, intentando evitar
el zumbido de pánico en el aire, va a la siguiente habitación y empieza a
guiar a la banda por “Six Blade Knife” una canción del primer disco de
Dire Straits que la mayoría del grupo actual no ha tocado antes.
Brecker llega a la habitación de control y ajusta su saxo mientras que
Dorfsman golpea los enchufes y botones de golpe como Han Solo buscando su
energía de golpe. De momento la alegría ilumina la cara del productor. El
solo perdido de Brecker ha sido recuperado del laberinto de la memoria del
ordenador. El saxofonista escucha encantado, mientras que Dorfsman explica
la compleja mecánica de la recuperación. Dos cristales separadores más
hacia delante, Dire Straits han encontrado su camino en el ritmo blusero
de “Six Blade Knife”. La cara de Knopfler irradia felicidad. |