"Cuando tienes hijos la
música no es lo más importante"
Nació en 1949 en Glasgow. De pequeño escuchaba a Jimmy Hendrix o Scotty
Moore. De mayor admira a James Burton y B.B. King. Está considerado como
una de las mejores guitarras del mundo. Voz, guitarra y alma durante más
de veinte años con Dire Straits, han pasado cinco desde su primer álbum en
solitario, Golden Heart. Mark Knopfler presenta Sailing to Philadelphia.
¿Qué pueden esperar sus fans de Sailing to Philadelphia?
Lo primero que es muy largo, hay muchas canciones. Tiene más canciones
sobre gente haciendo cosas, como carreras de coches, casarse por correo...
Yo dejé de intentar entender por qué escribo canciones: una canción me
viene y yo la escribo, intentando darle el sentimiento que me produce.
¿Por qué ha tardado cinco años desde Golden Heart?
Porque soy muy lento. Me lleva mucho tiempo hacer cualquier cosa. Sólo
grabo dos o tres canciones de una vez y después las voy uniendo poco a
poco.
¿Por qué el título de Sailing to Philadelphia?
Muchas de las canciones hablan de viajes. He cambiado muchas veces de
avión en Philadelphia, cuando volaba de Inglaterra a Tenesse, y no tenía
que cambiar de aeropuerto porque estaba unido el internacional con el de
vuelos domésticos. Estaba leyendo el libro y pensaba en que, en barco, se
tardaban meses en llegar a Philadelphia...
¿Cómo recuerda los comienzos con Dire Straits hace más de 20 años?
John tenía un viejo coche y todos teníamos que llegar allí, en tren o como
pudiéramos, para poder tocar. Las guitarras en el suelo, los
amplificadores atrás, los micrófonos adelante... estábamos decididos a
trabajar, las canciones nos empujaban y John hizo que pasara: tenía un
carácter muy determinante para impulsarnos a todos. Era mi auténtico
compañero y es uno de mis mejores amigos.
¿Su segundo álbum en solitario significa que nunca volverán a unirse
todos de nuevo?
No. Tocamos juntos hace dos años en la boda de John y algunos años antes
en el festival de Mandela en Wembley. Supongo que, a partir de ahora,
alguien vendrá con la excusa idónea para que volvamos a juntarnos.
¿Las colaboraciones con James Taylor y Van Morrison?
Pensé que James sería ideal para esta canción, Sailing to Philadelphia,
mientras que Van... es un enorme artista, estoy enamorado de su música
desde que era pequeño. Desde que escribía Baloney again ya sabía que la
tenía que cantar con Van.
Dicen que no entiende por qué su música es tan popular pero ha vendido
más de 100 millones de discos. ¿Qué le dicen esas cifras?
Estoy encantado pero nunca hubiera pensado al comienzo en esas cifras. Ha
sido un éxito y me da libertad para entrar en un estudio y hacer cualquier
cosa. Pero mi forma de trabajar consiste en entrar a grabar una canción de
la que yo esté satisfecho. Si a mí me agrada, espero que también lo haga a
los demás. Pero siempre intento satisfacerme a mí mismo. Siempre hay un
par de canciones en cada disco a las que estás más cercanas y te sientes
mejor con ellas.
¿Si tuviera que quedarse con un concierto en su carrera sería con el de
1988 pro-Nelson Mandela?
Hombre, lo vieron 700 millones de personas. Recuerdo salir al escenario.
Había muchísimo ruido. Empezamos a tocar, intentaba hablar por el
micrófono y decía "no oigo nada..." Después tocamos.
No me di cuenta de la repercusión y de lo que habíamos hecho en ese
concierto. Cuando acabó, me fui a casa. No había nadie. Me tomé una sopa y
me metí en la cama. Al día siguiente, cuando fui a comprar el periódico,
la gente me paraba por la calle y me decía "genial, fue genial". Ahí me di
cuenta del concierto.
Ha hecho rock, pero también ha hecho cine. ¿Qué diferencias hay en la
forma de trabajar entre ambos campos?
La forma de hacerlo es diferente. Cuando haces música para cine piensas en
que hay un proyecto y alguien que te lo presenta. Tienes que hacer un
proyecto para esa gente y para esa película.
Por ejemplo, la última que he hecho es para Robert Duval y se estrenará en
septiembre: he tocado con grandes músicos escoceses y ha sido muy
divertido, como cuando hice Local Hero. Es bueno hacer un paréntesis en tu
música. No me produce ningún quebradero de cabeza, me gusta y las
películas, de momento, no me van a matar.
Mucha gente no sabe que, de joven, fue periodista. ¿Qué escribiría
ahora sobre el brit-pop?
Bueno, de joven me daban algunos discos para que escribiera sobre ellos,
pero tampoco fui periodista profesional. Sobre el brit-pop, yo no entiendo
muy bien esos términos, puede que mis hijos sí, pero yo no. Parece un
término que han puesto las empresas discográficas, pero nunca lo he usado.
Cuando era pequeño escuchaba canciones, daba igual que fuera de soul, de
country u otra, eran canciones. Ahora está todo catalogado: gospel blanco,
gospel negro, americano... ¿quién lo entiende?
Dice quien le conoce bien que es un padrazo...
He pagado para que digan eso. (Entre risas) No, estoy enamorado de mis
hijos. Ahora les he comprado una guitarra y una batería y es muy divertido
verlos.
¿Es la música lo más importante de su vida?
No, cuando tienes hijos, todo es diferente.
¿Cuál es la canción de la que se siente más orgulloso?
Soy muy malo para eso, soy muy tímido y no me gusta hablar de mí mismo.
Cuando estoy viendo la tele y hago zapping, si me veo en algún canal
tocando o hablando, paso el canal corriendo. Incluso cuando voy a un
restaurante, si tengo un espejo enfrente, me tengo que poner del otro lado
para no verme. Es como cuando te vas a hacer un tarje y tienes espejos por
todas partes. Te ves y dices: "¿Así es como soy yo? Dios mío". Así es como
pienso. |